La inteligencia artificial (IA) no es una moda pasajera, sino el próximo gran salto tecnológico que transformará al mundo en la próxima década, advirtió Bill Gates, cofundador de Microsoft, durante sus más recientes participaciones públicas en el programa de Jimmy Fallon y en una conferencia en Harvard.
El empresario señaló que estamos frente a un cambio de magnitud histórica: “En diez años, la mayoría de las tareas que hoy realizan las personas podrán ser realizadas por la inteligencia artificial”.
Un cambio de reglas en los sectores clave
Para Gates, la IA va mucho más allá de optimizar procesos, como lo hizo la computación tradicional: “La inteligencia será libre. Antes, la tecnología servía para hacer más eficientes las tareas existentes; ahora la IA puede redefinirlas e incluso delegarlas por completo”, subrayó.
Dos de los ámbitos donde prevé un impacto inmediato son la medicina y la educación.
- En la salud, imaginó un futuro donde sistemas automatizados sean capaces de dar diagnósticos y tratamientos personalizados, con la misma o mayor precisión que un médico.
- En la enseñanza, habló de tutores digitales que se adapten al ritmo y estilo de aprendizaje de cada estudiante, cuestionando la necesidad de un maestro en el sentido tradicional.
¿Oportunidad o amenaza laboral?
El propio Gates reconoció que este escenario abre un debate profundo: ¿qué pasará con los empleos? El acceso a la IA no es suficiente por sí solo; lo decisivo será cómo se regula y cómo se aplica, advirtió. Los riesgos éticos y laborales acompañarán a esta transformación.
En este sentido, considera que la IA no solo será una herramienta de productividad, sino un motor de equidad capaz de multiplicar recursos y conocimiento para llegar a quienes más lo necesitan.
El mensaje de Gates es claro: la inteligencia artificial traerá enormes beneficios, pero también retos sin precedentes. El futuro dependerá de cómo la humanidad decida usarla.


















